martes, 15 de diciembre de 2015

BLACKOUT, UN ÉXITO

Pocas bandas a lo largo de la historia del heavy metal han generado tanta controversia. Alabados por muchos como una de las mejores bandas que haya dado el estilo, y acusados por otros por ser “una banda de baladas” y sin personalidad, los Scorpions han sido y serán, polémicas aparte, una de las bandas más importantes y recordadas de todos los tiempos.
No resulta descabellado decir esto, tendiendo en cuenta la altísima calidad de la mayoría de sus discos y el abultado número de ventas que estos discos consiguieron: Tokyo Tapes, Lovedrive, Love at first sting o este brutal Blackout son discos que aún se recuerdan con admiración y cariño por la parroquia rockera en pleno. Resulta difícil decir cual es su mejor disco, pero si hay uno que concentre toda la calidad compositiva , el poder abrasivo de las guitarras y la exquisitez vocal de Klaus Meines, es disco es sin duda este Blackout del 82.
Con este disco, editado en el 82 tras el éxito del Lovedrive (1979) y el varapalo crítico y comercial del irregular Animal Magnetism (1980), los Scorpions decidieron llevar su sonido a lindes más heavies, en la onda de bandas como Judas Priest o Iron Maiden, algo que en su día les hizo conseguir críticas por perder su personalidad rockera y algo psicodélica de sus discos de los 70. Pero lo que nadie pudo negar fue que el disco tenía calidad a raudales.
El plástico se abría con el cañonazo “Blackout”, una canción rápida, pegadiza y muy cañera, cortesía de Schenker & Jabs, que se convertiría en un clásico de sus conciertos de los años 80. Junto a este tema venía la festiva y pegadiza “Can’t live without you”, que dejaba paso al gran clásico del disco, “No one like you”, una canción emotiva, pasional, dura, que atrapa y envuelve desde la primera vez que se escucha.
Seguía “You gimme all I need”, un tema que se iniciaba en clave de medio tiempo para desembocar en otro tema emotivo y pasional, en la onda de “No one like you”. “Now!” era una canción rapidísima y agresiva, pero en el plano cañero se llevaba la palma el siguiente corte, “Dynamite”, sin duda la canción más heavy que los Scorpions hayan escrito jamás.
La cosa se relajaba con “Arizona”, un tema de puro hard-rock festivo que aunque sea un gran tema, parece un poco fuera de lugar en relación al estilo de los demás temas del disco. La dureza volvía de la mano de “China White”, un tema de puro heavy metal pausado y machacón, lleno de potencia y pasión.
El redondo se cerraba con la hermosa y lacrimógena balada “When the smoke is going down”, una de las mejores baladas de los Scorps, y por desgracia, también una de sus más olvidadas.
En definitiva, Blackout es el mejor y más cañero disco de los Scorpions, el disco que les permitió pasar de ser una banda de rock de éxito mediano a convertirse en mega-estrellas mundiales del heavy metal ochentero. Un clásico absoluto de la época.

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